El psicoanálisis, creado por Sigmund Freud a fines del siglo XIX, es una teoría de análisis que indaga sobre el inconsciente de las personas para comprender sus comportamientos, sentimientos y formas de pensar.
Este método se basa en la biografía del sujeto y sostiene que es lo que nos permite entender el significado de las experiencias. Su principal herramienta de trabajo es la palabra. Es fundamental no solo que el analista escuche al paciente, sino que el paciente pueda escucharse a sí mismo para sanar.
Entrevistamos al Lic. Julio Maffei, psicólogo y psicoanalista con más de 35 años de experiencia atendiendo pacientes. “El sujeto en su edad temprana aprende a relacionarse con el mundo y genera vínculos. Así, va alcanzando aprendizajes que los trae al presente y los repite. Si los aprendizajes fueron buenos, esas repeticiones serán funcionales y armónicas; y si fueron malos, terminará teniendo experiencias negativas que muchas veces terminan en sufrimiento”, afirma Julio.
El psicoanálisis se basa en el relato del paciente y busca indagar en heridas del pasado para encontrar el origen del síntoma y así, aliviar la angustia del mismo. Se trata de hacer consciente lo inconsciente al poner en palabras sentimientos, emociones y pensamientos reprimidos en la mente.
"Si el psicoanálisis pudiera vivir solo por una idea, sería la que Freud dijo alguna vez: la neurosis consiste en repetir para no recordar; y el psicoanálisis debería propender a recordar para no repetir”.
Sobre esta idea Maffei invita a la reflexión y cuestiona “¿por qué uno repite para no recordar?”, y responde que el hecho de “recordar muchas veces genera mucho sufrimiento, por lo que entonces uno lo naturaliza y repite aquellos hábitos como si así fuera la vida”.
El tratamiento psicoanalítico promueve el desarrollo personal, aumenta la confianza del paciente, la autoconsciencia y alivia el dolor psíquico. No es un tratamiento breve, sino que requiere de paciencia, constancia y compromiso. Busca comprender el origen de los problemas y del sufrimiento para construir resultados que perduren a largo plazo.
Contar con un buen profesional puede mejorar ampliamente la calidad de vida del paciente. La terapia a veces busca “resolver” el conflicto, y otras veces, lograr que el paciente aprenda a convivir con él.